Historia del San Miguel. Capítulo II.

Así acabo la primera temporada, con la baja de Fernando, y así empezó la siguiente, en la cual, nuestro gran juego dejó asombrado al único monitor activo que quedaba por unirse al equipo, Jesusín, nuevo fichaje de la temporada 2003/04, arma secreta, y ariete del equipo, más que por el olfato goleador por el tamaño.

Como premio a la gran temporada acabada, vimos en una gran superficie (si quiere hacer publicidad que pague), unas camisetas blancas por las que pedían poco dinero (repito, somos jóvenes, no tenemos pelas). Desde entonces esa camiseta es el equipaje oficial del San Miguel.

Aunque como en todo gran club, hay problemas, a finales de la temporada 2004/05, apareció cual seta en el campo un frente revolucionario compuesto por miembros del equipo que formaron una escisión llamada Rata Muerta, a los que les deseamos toda la suerte del mundo en su andadura particular (la organización se abstiene a especificar el tipo de suerte deseada, cada uno que piense lo que quiera o lo que le venga mejor pensar para sus intereses económicos, intelectuales, etc…).

Dicha revolución se saldó con tres miembros menos en el equipo (Manuel, Roberto y Javi Bielsa), el cambio de equipación por secuestro de las mismas por los separatistas, a lo que acudimos a tienda con algo más de categoría que un todo a 100 y nos agenciamos unas bellas camisetas azul celeste con camiseta suplente no a juego amarilla; y como no, la entrada en el equipo de nuevos miembros:

Raúl, un ex crío de la asociación convertido en chimenea humana con el paso de los años que Dios sabe de donde salió y Jesús Valdivia, uno de los críos por aquel entonces que se convirtió en el benjamín del equipo.

Y así con nueve miembros el San Miguel azulado inició su segunda era (como los periódicos), intentando adaptarse al brutal cambio y siguiendo con su actividad pachorrera de salir al campo a ¿jugar?.